La primera vez que recibí una invitación para unirme a una red social (se trataba de LinkedIn), no acepté formar parte del grupo porque me preocupaba perder privacidad. En ese momento no le veía la utilidad -y sí muchos riesgos- al hecho de tener "visibilidad" y no sólo eso, tener "visibilidad sin control"; por ejemplo, que cualquiera pudiera ver una foto mía o conocer detalles de mi vida y mi trayectoria profesional sin que yo me enterara. También me frenaban -y mucho- las dudas que me surgían en cuanto a la posibilidad de que la plataforma en cuestión cediera mis datos a terceros o los utilizara con fines comerciales sin mi consentimiento. Eso fue hace tres o cuatro años.
En este tiempo, no sólo he cambiado totalmente de punto de vista, sino que desde hace bastante tiempo soy usuaria de distintas redes sociales (RRSS) que utilizo habitualmente -y debo reconocer que con bastante eficacia- para la obtención de los objetivos más insospechados. Estas son, por ejemplo, algunas de las agradables sorpresas con las que me he encontrado:
- He recuperado el contacto con personas que pertenecían a otras etapas de mi vida, pero de las que guardaba un buen recuerdo. Tanto por iniciativa propia como por invitación de esas personas.
- He accedido a oportunidades profesionales que no habían sido publicadas a través de ningún otro canal.
- He solicitado información relevante sobre personas o empresas que desconocía a contactos que tienen toda mi confianza. Ello ha sido muy útil para tomar decisiones al respecto.
- He conocido personas con las que comparto intereses, afinidades o que me han ofrecido oportunidades profesionales. Muchas de esas personas ahora son grandes amig@s míos.
- He ido mejor preparada a entrevistas de trabajo, recabando información sobre la empresa y la(s) persona(s) con las que iba a reunirme.
- He localizado -para mi sorpresa- a personas que conocía en organizaciones con las que me interesaba contactar, y les he pedido que me facilitaran el nombre y las coordenadas del interlocutor adecuado.
- He podido detectar relaciones y/o afinidades sorprendentes -a nivel personal, profesional o comercial- de mis propios contactos. Ello me ha ayudado a entender ciertas cosas.
- He podido enviar un mensaje a mis contactos cuando necesitaba algo urgente, aún estando en el lugar más recóndito del mundo y cuando no recordaba la dirección electrónica o el número de teléfono de esa persona.
- He compartido archivos de gran tamaño, que no hubiera podido hacer llegar a mis contactos de otra manera.
- Dispongo de información puntual sobre eventos, noticias y grupos de mi interés. También sigo sin esfuerzo los blogs de mis amigos. Pero sobre todo, he tenido acceso a información que me ha ayudado a crecer como profesional.
- Estoy al tanto de las novedades profesionales -y personales- de las personas que me importan, y no necesito hablar por telefóno con ellas ni cruzarnos e-mails.
- No se me pasa ningún cumpleaños...
La lista sería muy larga. Pero creo que con estos ejemplos es suficiente para ilustrar la utilidad de las redes sociales.
Y, claro, he cambiado de punto de vista. Ahora, soy consciente del enorme potencial de las RRSS. No sólo como pasatiempo o para conservar las relaciones personales, sino también -y sobre todo- como herramienta para la consecución de objetivos y la identificación de oportunidades profesionales. Y una herramienta de gran eficacia, discrección y rapidez, por cierto.
En cuanto a mis datos personales, en estos años, no he tenido constancia de ningún fallo en lo que a privacidad se refiere, ni he detectado ningún abuso de confianza. En este tiempo, también he aprendido que la visibilidad de toda información personal es 100% parametrizable: cada usuario decide qué información quiere mostrar y a quién.
Por eso, mi opinión sobre las redes sociales es totalmente distinta a lo que fue la primera vez que supe de ellas. Ahora las contemplo como un gran aliado para mi estrategia profesional, para ganar visibilidad y para potenciar mi imagen de marca personal.
Si algo tengo claro, es que su potencial es enorme y por el momento, bastante desconocido. La mejor estrategia para utilizarlas con eficacia es probar de forma creativa y sistemática, aprendiendo tanto de los aciertos como de los errores. Aplicando sentido práctico, imaginación y un estilo amable, los riesgos son mínimos. Y además, ¡es gratis! Obama lo sabe muy bien...
Pues el próximo martes día 19 de mayo en ESADE, compartiré con todos los asistentes a la Sesión Flash, algunas estadísticas recientes sobre el uso de Internet y las redes sociales, y los trucos y recursos que he descubierto como usuaria intensiva de LinkedIn. Se trata de una actividad organizada por el departamento de Carreras Profesionales de ESADE Alumni.
Si tienes pensado venir, escríbeme un comentario con lo que esperas aprender en la sesión, porque así podré enfocar mejor la charla y satisfacer tus expectativas.
¡Hasta el martes!
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